Viajar en avión con perro. Consejos prácticos para volar en cabina.

Recuerdo que la primera vez que iba a volar con Frida estaba agobiadísima porque a pesar de que desde pequeña la he acostumbrado a ir a todos los sitios conmigo, la experiencia de volar era totalmente nueva y no sabía como iba a reaccionar ante el ajetreo, el ruido del motor y tener que estar encerrada en el transportín durante un buen rato. 

La verdad es que fue todo como la seda. Frida estuvo relajada durante todo el vuelo y hasta se echó la siesta. Y aunque es cierto que algunos perros son más nerviosos, después de unos cuantos viajes juntas creo que los siguientes consejos pueden ser útiles.

Consejos para volar con perro

• Acostumbrar al perro al transportín en casa, dejándolo abierto en algún sitio. Para motivarle, te aconsejo dejar algunas chuches y cuando vaya cogiendo confianza, ir cerrando el transportín a ratos mientras permaneces en la habitación. El que se acostumbre a que esté cerrado le permitirá tener un vuelo más relajado.
  
  
• En casa, poner sonido de motor de aviones para que se acostumbre al ruido. Al tratarse de un sonido blanco, le ayudará a relajarse.
  
  
• Evitar darle de comer 4 horas antes del vuelo. Y antes de entrar en la terminal, dar un paseo para que pueda hacer sus necesidades. Algunas terminales tienen un área de descanso canino, aunque por si acaso te aconsejo que lleves un empapador contigo. 
  
  
• Puesto que en la terminal está permitido que nuestro perro vaya fuera del transportín, aprovechar hasta el embarque para pasear y conseguir que esté más relajado. Cuando el embarque va especialmente lento llevo a Frida en brazos hasta la puerta del avión y justo antes de entrar la meto en su mochila.
  
  
• En función del caracter de tu perro, funcionará que durante el vuelo le hagas caso o no. En mi caso lo que hago es tapar con un pañuelo ligero la parte superior, para que esté a oscuras y le ayude a relajarse y dormirse. Si tu perro se pone muy nervioso, te aconsejo que hables con tu veterinario para que te proporcione algún relajante.
  
  
• Una vez aterrizados, siempre trato de salir lo antes posible. En el caso de tener que recoger el equipaje en la cinta, si viajo con mi marido, nos dividimos y él se encarga de las maletas y yo saco a Frida a la calle para estirar patitas, hacer sus cosas y darle de beber. 

Y por último, los perros son auténticas esponjas emocionales. Trata de mantener la calma y verás como va todo más relajado de lo que a priori piensas.

Armamos rampas y cross check. ¡Buen vuelo!

PINEA PARA MÁS TARDE